Estambul

Encrucijada de caminos, mares y continentes. Los minaretes, la Hagia Sofía, la historia, abruman cada paso.

Tantos ojos se han asombrado al verte, tantas palabras usadas que son sólo un prólogo, pues nada es capaz de describirla. Solo cabe un apunte, un atisbo, una visión.

Imagino la cadena que cerraba el acceso al Cuerno de Oro. Imagino la sombra de Constantino, de Justiniano, de Mehmet, de Solimán. Me imagino volviendo a hacer cada foto, toda la eternidad.